En el corazón del mensaje de Jesús se encuentra la Gran Comisión, un llamado para que su iglesia se extienda por todo el mundo, llevando el evangelio y haciendo discípulos. Esta misión es de vital importancia para los seguidores de Cristo, ya que nos llama a ser agentes de cambio y transformación en nuestra sociedad.

Implantar iglesias y hacer discípulos no es simplemente una tarea opcional para los creyentes, sino que es un mandato claro y directo que Jesús nos ha dado. En Mateo 28:19-20, Jesús dice: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.

Esta comisión es una llamada a la acción, a salir de nuestras zonas de confort y llevar el mensaje de salvación a aquellos que aún no lo han escuchado. No se trata solo de asistir a la iglesia los domingos, sino de vivir nuestra fe de manera activa y comprometida en todas las áreas de nuestra vida.

Implantar iglesias implica establecer comunidades de creyentes en lugares donde no hay presencia cristiana. Es llevar la luz de Cristo a lugares oscuros y compartir el amor de Dios con aquellos que aún no lo conocen. Esto implica un compromiso serio y una dedicación constante, ya que la tarea de plantar una iglesia no es fácil, pero es esencial para el crecimiento del Reino de Dios.

Hacer discípulos, por otro lado, implica no solo llevar a las personas a Cristo, sino también enseñarles a vivir de acuerdo con los principios y enseñanzas de Jesús. No se trata solo de convertir a las personas, sino de ayudarlas a crecer en su fe y a desarrollar una relación personal con Dios. Esto implica invertir tiempo y recursos en la formación y el discipulado de aquellos que han decidido seguir a Cristo.

La importancia de implantar iglesias y hacer discípulos radica en el impacto que esto tiene en la sociedad. Cuando las personas encuentran a Cristo y son transformadas por su amor, sus vidas cambian y esto tiene un efecto positivo en su entorno. Las iglesias saludables y los discípulos comprometidos son agentes de cambio que pueden influir en su comunidad y en el mundo en general.

Además, la implantación de iglesias y el hacer discípulos es una forma efectiva de alcanzar a aquellos que están lejos de Dios. Muchas personas nunca entrarían en una iglesia tradicional, pero están dispuestas a escuchar el mensaje de salvación cuando se les presenta de una manera relevante y accesible. Al llevar la iglesia a las personas en lugar de esperar a que las personas vengan a la iglesia, estamos siguiendo el ejemplo de Jesús y alcanzando a aquellos que más lo necesitan.

En resumen, la implantación de iglesias y el hacer discípulos son aspectos fundamentales de la misión de la iglesia. No podemos quedarnos conformes con asistir a los servicios religiosos, sino que debemos llevar el mensaje de salvación a todos los rincones del mundo. Al hacerlo, estamos cumpliendo la Gran Comisión y siendo verdaderos seguidores de Jesús.

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